La igualdad se abre camino
Hace 63 años una chica desfiló por primera vez bajo un capirote y se calcula que en la actualidad el 40% de los procesionistas son mujeres, siendo la última innovación un grupo mixto de portapasos
Un artículo de CARLOS ILLÁN RUIZ - La Opinión
Si hombres y mujeres somos iguales ante Él, seámoslo también ante nosotros mismos». Esta frase ha sido pronunciada en diversas ocasiones por María Victoria Botí, presidenta de la Asociación de Mujeres Cofrades de Cartagena, colectivo que, desde su fundación hace algo más de una docena de años, es uno de los grandes impulsores en conseguir que tanto hombres como mujeres sean completamente iguales en el mundo procesionista, un espacio en el que Cartagena cada vez tiene menos asignaturas pendientes.
La mujer ha sido siempre un pilar de gran importancia en la Semana Santa, pero durante siglos su labor se reducía a la faceta artística de bordados y las más oscuras de lavados y arreglos en vestuarios, principalmente, además de nombramientos de camarera o compartir con sus familias la fe y el sentimiento cofrade, pero su presencia en los desfiles quedaba en un segundo plano, ya fuera como integrantes de las juntas de damas o como promesas, pero, por lo general, siempre lejos del protagonismo en la procesión o en la dirección de hermandades o agrupaciones, que parecían cotos reservados al hombre. Sin embargo, en las últimas décadas del siglo XX ese panorama comenzó a cambiar y en el inicio del actual ha ido a más, como refleja que se calcula que cuatro de cada diez procesionistas son mujeres y que muchos capítulos ya se escriben en clave femenina, habiéndose multiplicado sus tercios y surgiendo cuatro grupos de damas portapasos, dos en los californios, uno en los marrajos y otro en el Resucitado. Incluso, su empuje y decisión han permitido solventar problemas de falta de efectivos masculinos en este terreno, como sucedió el pasado año bajo el trono del Cristo de la Sentencia, el más pesado del Miércoles Santo, que se convirtió en el primero llevado a hombros por un grupo mixto en Cartagena, con 18 mujeres (ocho en cada lado del cajón y dos en las varas) y 96 hombres.
Foto publicada en este artículo en el diario La Opinión |
«Queríamos vivir ese momento»
Dos grupos claramente diferenciados confluyeron en este histórico capítulo, unas que se estrenaban y otras que atesoraban experiencia. Entre las primeras hay dos que proceden del tercio de la Sentencia. «Llevaba dos décadas como penitente y al surgir esta oportunidad no lo dudé, pues me ilusiona sacar a mi Cristo», expresa Verónica Carrión García.
Algo similar le sucedió a otra nueva dama portapasos, quien había salido con el ‘Cristo guapo’ varios años dentro del piquete de la Policía Nacional, y que no dudó en ofrecer su hombro. De las restantes debutantes, los motivos son variados, coincidiendo en el deseo de «vivir este momento». Luego están las experimentadas, todas integrantes de la Asociación de Mujeres Cofrades, para las que un grupo mixto de costaleros es otro paso más hacia la igualdad total.
Este próximo Martes Santo será novedad el tercio femenino de ‘El lavatorio de los pies’, cuando se cumple el décimo quinto aniversario de la primera salida en procesión de una representación femenina en la agrupación de Santiago. Cuando esté terminado el grupo escultórico que elabora el cordobés Romero Zafra, estas mujeres se incorporarán a la Magna Procesión california del Miércoles Santo. Otros colectivos cofrades que parecían exclusivos para el hombre también han incorporado a chicas en estos últimos años, como han sido romanos y granaderos.
Esperando una hermana mayor
La Semana Santa de Cartagena sólo ha tenido en su dilatada historia una hermana mayor. Fue en el siglo XVIII y dentro de la hermandad penitenciaria del Socorro. La sensación que existe en la actualidad es que se atraviesa una cuenta atrás para que esa circunstancia se vuelva a repetir, pues, aunque todavía en minoría, su valía en los equipos directivos de las cofradías y de las agrupaciones ya no ofrece duda alguna.
Esa sensación también ha sido plasmada, entre otras ocasiones, en el discurso que la Nazarena Mayor, María Jesús Moreno, pronunció el día de su nombramiento: «Espero representar a las mujeres procesionistas que hoy participan en los puestos que quieren y para los que valen de igual forma que el resto de los hermanos, sin descartar que, algún día, pueda alguna de vosotras ocupar el puesto de hermano mayor». Queda todavía bastante camino por recorrer hacia la plena igualdad, pero cada vez es menos.