Preside una institución que resulta indispensable en la sociedad. Eso, sin contar los logros que ha conseguido en los últimos años en un ámbito donde la mujer ha tenido vetadas demasiadas responsabilidades. Pero la cuestión, poco a poco, va siendo agua pasada. Por ello mira al frente María Victoria Botí, presidenta de la Federación Nacional de Asociaciones Mujeres Cofrades. Y también al frente de las cofrades cartageneras, donde disfruta de una Semana Santa que no cambiaría por nada del mundo. Pese a los avances, aún advierte de que es necesario que algunos cofrades abandonen una tradición mal entendida. Con personas como María Victoria, es cuestión de tiempo que reconozcan su error.
-¿Qué supone para usted presidir la Federación Nacional de Asociaciones Mujeres Cofrades?
-La asociación de Cartagena, que también presido, fue el germen de la creación de asociaciones similares. Para trabajar conjuntamente a favor de la integración y la igualdad, en 2009 decidimos aglutinarlas en una federación nacional. Presidirla supone conocer de primera mano cualquier problemática que surja o persista de desigualdad, demandar el fin de estas situaciones y trabajar para difundir la inquietud de numerosos cofrades que no concebimos nuestras hermandades sin la participación activa y en igualdad de hombres y mujeres en ellas.
-¿Cuántas mujeres conforman la federación nacional y cuántas la regional?
-La federación está compuesta por las asociaciones de Cartagena, Granada, Zamora, Cuenca y Barcelona. Cada una de ellas está conformada por más de un centenar de cofrades, mujeres y hombres, ya que las asociaciones no son de mujeres cofrades. Su denominación como Asociaciones Mujeres Cofrades responde a los fines de su constitución como plataformas desde donde poder demandar que la igualdad sea una realidad en todas las cofradías.
-¿En qué estado se encuentra la Región respecto a otras latitudes en esta cuestión?
-Afortunadamente, se han dado importantes pasos a favor de la igualdad. La Diócesis de Cartagena no ha tenido que actuar para que no exista discriminación en ninguna de ellas, como así ha ocurrido en otras diócesis.
-¿Considera que aún puede quedar alguien que no defienda la igualdad entre sexos nazarenos?
-Lamentablemente, aún hay cofrades que, aferrados a una tradición mal entendida, se muestran reacios a la participación activa y en igualdad, vetando a la mujer funciones, cargos, actividades e incluso el acceso. Es una actitud que va en contra de lo que recogen los estatutos marco para las cofradías y hermandades que dicta la Iglesia. Desde la asociación confiamos que recapaciten y hagan pronto suyo nuestro lema: Si hombres y mujeres somos iguales ante Él, seámoslo también ante nosotros mismos.
-¿Cuáles son los retos que hay que afrontar en los próximos tiempos?
-Conseguir que la igualad sea plena y efectiva y romper el techo de cristal que mantiene a la mujer alejada de una participación más activa en la toma de decisiones.
-Después del verano, ¿qué propuestas o iniciativas impulsarán?
-Convocaremos una nueva edición del 'Premio Pasos', galardón de ámbito nacional con el que, desde hace catorce años, Mujeres Cofrades de Cartagena reconoce las actuaciones realizadas a favor de la integración de la mujer en cualquiera de las múltiples facetas que hacen posible la Semana Santa. También pondremos en marcha la preparación de una nueva edición del 'Concurso de Embellecimiento de balcones y fachadas Semana Santa de Cartagena'.
-Y tendrán que elegir sede para el próximo concurso.
-Desde la Federación tenemos previsto trabajar para determinar cuál será la sede e institución que organice en 2019 el VII Encuentro Nacional de Mujeres Cofrades y el VIII Congreso Nacional de Mujeres Costaleras, cuya última edición conjunta tuvo lugar en Huelva.
-¿Cuál es su cofradía, la que atesora sus amores nazarenos?
-Con gran orgullo pertenezco a la Cofradía California de Cartagena, en la que como mayordomo desarrollo mi actividad como cofrade, formando parte de varias de sus agrupaciones. También formo parte de la Cofradía del Socorro y de la del Resucitado. Vivo intensamente la Semana Santa cartagenera, que es el acontecimiento más importante que cada año se celebra en esta ciudad y a la que invito a venir para conocer sus inigualables procesiones.