La votación anunciada en la Cofradía de Jesús Nazareno de Zamora —para decidir si las mujeres podrán participar en la procesión de la madrugada— vuelve a situar en la actualidad un debate que lleva más de una década marcando la vida cofrade de esta ciudad. No es un asunto nuevo, ni aislado, ni improvisado: es la consecuencia de una larga historia de desigualdad y resistencia que comenzó, de forma pública, en 2011.
Aquel año, casi 3.500 Damas de la Virgen de la Soledad fueron absorbidas por la Cofradía de Jesús Nazareno tras la aprobación de unos estatutos que, aunque las integraban nominalmente, mantenían diferencias sustanciales entre hombres y mujeres. Las Damas vieron desaparecer su sección, su junta directiva y su autonomía, y pasaron a formar parte de una cofradía donde no tenían los mismos derechos procesionales, especialmente en la madrugada del Viernes Santo.
Los hechos fueron dolorosamente claros:
·
El obispo
de Zamora pidió expresamente la integración plena de las mujeres.
·
Las Damas solicitaron conocer el estatuto
aprobado y se les negó una copia.
·
Se sintieron engañadas cuando el documento llegó
firmado días antes del “diálogo” que se les ofreció.
·
El estatuto incluía el polémico artículo 5:
igualdad en todo… “salvo en los desfiles procesionales”.
Durante todos estos años, las mujeres cofrades
de Zamora han vivido un camino difícil, marcado por la falta de información, la
discriminación estatutaria y decisiones unilaterales que afectaban directamente
a su dignidad y a su derecho a participar en igualdad.
Hoy, más de catorce años después, que esta cofradía haya decidido votar si las mujeres pueden desfilar
junto a sus hermanos en la madrugada supone, en sí mismo, una muestra de que la
igualdad sigue siendo un reto pendiente. Pero también es un signo de esperanza:
algo se mueve, algo cambia, y algo avanza.
No podemos olvidar que detrás de este paso hay
generaciones de mujeres que han sostenido la devoción, la tradición y la vida
diaria de sus hermandades; mujeres que nunca han pedido privilegios, solo igualdad, respeto y presencia.
Desde la Asociación Mujeres Cofrades de
Cartagena observamos estos procesos con empatía y con la convicción de que cada decisión que abre puertas dignifica la
Semana Santa y la hace más fiel al Evangelio que la inspira.
Por eso, ante noticias como la de Zamora,
reafirmamos la importancia de esta convocatoria. Porque la igualdad no llega
sola: llega gracias a quienes la buscan, la trabajan y la defienden.
